Confitura de cebolla al Moscatel

Cuando paso unos días por la bonita ciudad de Plasencia, lugar de nacimiento de mi marido, aprovecho siempre para tomar un buen vino de la tierra con unas tapas en uno de los bares de referencia de la ciudad: La Casuca. Este bonito bar, regentado por unos excelentes restauradores, hacen que la visita a esta ciudad conlleve un paso obligado para degustar cualquiera de sus tapas y raciones, elaboradas en su cocina, y que nunca defraudan, tales como sus empanadas caseras, las tostas de pechuga con piquillo, los maravillosos filetitos rusos, las setas con huevos rotos y jamón, su solomillo "cabreado"...y mi favorita: la Tosta de queso de cabra con confitura de cebolla. He de decir, que cuando das un bocado a este manjar, sobre todo si te gusta la combinación de sabores, ya no hay marcha atrás...

Por respeto, no he querido pedirles la receta de tan deliciosa y sutil confitura, si bien, cada vez que me marcho después de haberla degustado, me digo a mi misma: tienes que aprender a hacerla (pesamiento que que respaldado por las palabras la mi marido que ha hecho la misma reflexión y comenta: "Ju, tienes que aprender a hacer esta confitura...").

Pero esta vez me he animado y me he dicho:¡vamos a intentarlo! Aunque el resultado es francamente bueno, no está en el nivel supremo en el que se encuentra su confitura (intuyo que porque no es exactamente la misma receta, ni estoy a la altura de su cocina) pero por lo menos, sirve de consuelo durante las temporadas en que no puedo hacerles una visita.

Así, que si podéis en este puente de la Hispanidad, o bien en el de Todos los Santos o en el de la Constitución hacer un viaje por el Valle del Jerte, la Comarca de la Vera o el Valle del Tiétar y visitáis Plasencia, no dudéis ni un instante en reponer fuerzas en La Casuca.

Dificultad: Baja-Media

Tiempo de preparación: 1 h.

Calorías por ración: 70 Kcal. por cada 20 gr.

Precio por tarro (320 gr.) aprox.: 2,05€

Ingredientes (para elaborar un tarro):

• 1,5 kg. de cebolla
• 100 ml. de vino Moscatel (también podría usarse un vino dulce como Pedro Ximénez)
• 150 gr. de azúcar moreno
• Una pizca de sal
• 4 cucharadas de aceite de oliva virgen

Elaboración:

Pelamos las cebollas y las cortamos en juliana, depositándolas en una sartén con el aceite caliente. Dejamos que se haga ligeramente la cebolla a fuego lento para evitar que se queme. Cuando la cebolla empiece a tener cierta transparecia, pero antes de que tome color (unos 10 min.), agregar el azúcar removiendo para que se disuelva. Añadimos entonces el vino Moscatel y dejamos que la cebolla se termine de hacer en el jugo del azúcar y el vino, removiendo de vez en cuando, durante otros 10-15 minutos más.

Retiramos del fuego y batimos la cebolla, colocando la confitura en un bote de cristal que habremos hervido previamente para esterilizarlo. A continuación lo cerramos con su correspondiente tapa y lo introcimos en un cazo un olla con agua caliente, de forma que cubra dos tercios del bote, y dejamos que cueza el agua con el bote en su interior durante unos 10 minutos. De esta manera, al ponerlo al baño maría nos aseguramos de que conservamos la confitura al vacío y por tanto, en perfecto estado durante varios meses.

Ahora sólo tenéis que buscar un buen pan y el queso que más os guste y disfrutar de una rica tosta o tapa. Además de la combinación con quesos, esta confitura acompaña perfectamente carnes como el solomillo de cerdo, carnes de caza, o bien sobre una tortilla española (para darle un toque distinto) o sobre una simple rebanada de pan tostado. Recomiendo servirla ligeramente tibia o a temperatura ambiente.

Truco: es aconsejable usar botes con tapa de seguridad, que es una especie de círculo sobremarcado que tiene la tapa y que si se ha realizado el proceso de cerrado al vacío correctamente, este círculo no se puede presionar. Ello, unido al sonido del "pop" al abrir la tapa, nos asegura un correcto estado de las confituras y mermeladas caseras.